Creo, produzco y critico para sobrellevar los efectos que tienen sobre mí dos cosas: mi (nuestra) sobre-exposición a la tecnología y el ser parte del Antropoceno.
En primer lugar siento.
Con mi obra: trato de llevar esos sentimientos al espectador, en ella se pueden observar historias de internet; construidas con los rastros que, conceptualmente, mis datos van dejando por ahí, me gusta sacar los mensajes de la red y llevarlos a las paredes, esto me hace seguir siendo dentro y fuera de ella.
50 veces gracias es mi forma de cerrar el año, agradeciendo al mundo por estos meses de fricción y aprendizaje. También agradecerme a mi el coraje y el amor con el que salí de la depresión, celebrar como afronte el caos y la violencia, una obra a la vez.
Crear es curar.
Agradecer es reconocer (me).